martes, 28 de diciembre de 2010
Emancipación y Atestiguación de la existencia.
lunes, 20 de diciembre de 2010
La Deconstrucción de la Tradición Antropológica.
Si el proyecto llamado Ser y Tiempo es una renovación explicita de la fenomenología, que en su centro pone la vida fáctica, es decir, el existir humano, ¿Por qué Heidegger derroca toda previa interpretación del ente que somos nosotros mismos? Sencillo, porque para Heidegger, la tradición jamás ha interpretado aquello que a primera vista es lo más obvio, la existencia o el existir humano, y que en vez de interpretar primariamente al hombre en su relación existencial con el Ser, ha pasado a interpretarlo metafísicamente como un ζῷον λὀγον ἓχον o animal rationale; teológicamente como un ens creatum con categorías de imagen y semejanza de lo divino; posteriormente la biología como una sub-especie de lo viviente en términos de ζωή y ζῷον, el centro de la crítica Heideggeriana es que al hombre, en este caso al Dasein jamás se le ha interpretado desde lo que es él mismo en su Ser, una totalidad ontológica-existencial.
Por esta razón, desde 1923 Heidegger comienza su proyecto de destruktion de la tradición, el cual tiene como fin principal no el acabar con la tradición, sino ver el fundamento originario de ésta, ya que ‘desmontando críticamente la tradición no queda posibilidad alguna de extraviarse en problemas que sólo en apariencia sean importantes.[1]’, de modo que sólo entrando en contacto con el fundamento propio de la tradición se pueden develar aquellos puntos que resultan insuficientes en el tratamiento de la cuestión, en este caso de la cuestión de la existencia humana originaria, por ello es la crítica de Heidegger hacia las ciencias, que sólo han interpretado rasgos accidentales o bien sólo algunas regiones del ente que somos. En las lecciones sobre Ontología dictadas en 1923 Heidegger dedica los parágrafos §-§ 4, 5 y 6 para descifrar los hilos conductores de la tradición Metafísica y Teológica, que para él, han determinado el curso del pensamiento occidental.
En Ser y Tiempo, Heidegger usa el mismo tratamiento de deconstrucción[2] iniciado en las lecciones de 1923, esto a modo de una propedéutica que servirá para la edificación del proyecto de la Analítica de la Existencia, ya que ni la Antropología, ni la Teología unida a ella, ni la Psicología, ni la Biología apuntan en absoluto al Dasein[3]. En ningún caso, la destrucción ontológica que hace Heidegger tiene un significado negativo, sino al contrario, el sentido de la deconstrucción es despojar de su rigidez lo que a lo largo de la tradición se ha petrificado, y mostrar de esta manera los elementos vivos y fecundos, que subyacen a la base de la tradición[4].
[1] Cfr. HEIDEGGER M., Ontología, Hermenéutica de la Facticidad., Pág. 100.
[2] Cfr. HEIDEGGER M., SER Y TIEMPO, Pág. 66-71. § 10. Delimitación de la Analítica del Dasein frente a la Antropología, la Psicología y la Biología.
[3] Cfr. HEIDEGGER M., SER Y TIEMPO, Pág. 67, nota ‘a’.
[4] Cfr. HEIDEGGER M., SER Y TIEMPO, Pág. 43.
[5] Cfr. HEIDEGGER M., SER Y TIEMPO, Pág. 38.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
La Fenomenología como Hermenéutica.
El proyecto fenomenológico de Ser y Tiempo, nace partir de la indefinibilidad del Ser, que según Heidegger, fue interpretada como un no cuestionar el sentido del Ser, que consecuentemente llegó al mencionado olvido del Ser, el cual guió a toda la tradición Metafísica a la concepción del Ser a partir del ente, hablando de un ente supremo, al que en todo caso le daría el nombre de Dios, por lo tanto, todo discurso supuestamente Metafísico sería un discurso puramente óntico, o vale decir, teológico. El reclamo de Heidegger es que la indefinibilidad del Ser, no es para nada una abstención de juicio, sino al contrario, una invitación hacia la búsqueda del sentido del Ser[1].
El proyecto por la verdad y sentido del Ser, fue abierto por la Metafísica, pero fue cerrado por ella misma, al ser en sí, la ciencia del ente y limitarse a ello; por esta razón, dice Heidegger, que el camino hacia el sentido y verdad del Ser debe ser rehabilitado pero no por la Metafísica, sino por la Fenomenología, ya que ‘La Ontología sólo es posible como fenomenología[2]’. Ante este pensamiento restaurador y destructor de Heidegger, se debe comprender la fenomenología no en el sentido Husserliano, sino en el sentido Heideggeriano, es decir, comprender la fenomenología como fenomenología hermenéutica.
El proyecto de la fenomenología hermenéutica de Heidegger, no tiene su Génesis en Ser y Tiempo, sino en las primeras lecciones de Heidegger en Friburgo[3], donde según Alejandro Vigo, -desde 1919 Heidegger pretendía una renovación radicalmente nueva de la fenomenología entendiendo esta como una fenomenología hermenéutica[4]-, ahora entra la siguiente cuestión, ¿Cuáles son las causas que motivaron a Heidegger el emprender la renovación hermenéutica de la Fenomenología?, a esta pregunta se tratará de dar su debida respuesta a continuación.
Como es sabido Husserl con la fenomenología propone una nueva forma de hacer filosofía, de concebir el mundo y la vida, es una forma radicalmente nueva de pensar las cosas, su método, ir a las cosas mismas, esto está claramente planteado en Ideen I; pero ante esto, Heidegger rechaza la reinterpretación cartesiano-kantiana de la fenomenología propuesta por Husserl, que tiene expresión en el giro a la consciencia intencional. El rechazo de Heidegger a la fenomenología de Husserl tiene su fundamento en el carácter acrítico de la actitud teórico-constatativa de la consciencia, que se resume en 4 puntos: 1.- El sujeto, que opera como la fuente de los actos intencionales, es pensado en su esencia como consciencia pura, cuyo carácter de ser es meramente teórico-constatativo; 2.- El ente, que se ofrece tiene el carácter de un mero objeto que es aprehendido solamente de una forma teórico-constatativo; 3.- La forma primaria de acceso al mundo, fundada en un dirigir la mirada, que tiene un carácter puramente teórica-constatativa, es decir en una forma puramente contemplativa; 4.- Que la fenomenología, deba ser comprendida como un método teórico-constatativo[5]; ante todo esto se deja ver que para Heidegger, la actitud cientificista (bajo el criterio teórico-constatativo) de Husserl no resulta del todo convincente, por esa razón propone hacer la renovación de la fenomenología desde la hermenéutica, la cual no tiene un carácter de acceso a la realidad bajo categorías epistemológicas de Sujeto-Objeto, en cuanto a nociones de reflexión y descripción, sino más bien en el ámbito de la vida fáctica, que propone la experiencia originaria del ente, de su sentido y verdad[6].
Hasta ahora se ha visto que los motivos Heidegger para abandonar la fenomenología Husserliana, son porque ésta está limitada por la primacía de la teoría, por el hambre de rebajar todo a la objetividad de la consciencia del ego cogitans, de ahí mismo que se le juzgue en repetidas ocasiones a Husserl de idealista, y esto fue también, razón para que muchos de sus discípulos se alejaran del proyecto fenomenológico que nacía en Ideen I. Heidegger por otra parte permaneció al lado de Husserl aprendiendo el método e incluso como se ha dicho, haciendo una renovación de ésta a partir de la Hermenéutica, que tenía en su centro, concebir desde la vida, de modo que el centro de la fenomenología hermenéutica de Heidegger es un concebir la ontología desde la fenomenología, y a ésta desde la hermenéutica de la vida fáctica, es decir desde la vida humana.
Heidegger entiende por hermenéutica al ‘modo unitario de abordar, plantear, acceder a ella, cuestionar y explicar la facticidad[7]’ es decir al modo bajo el cual se comprenderá la facticidad, y entiende también por facticidad al ‘nombre que le damos al carácter de ser de
[1] Cfr. HEIDEGGER M., SER Y TIEMPO, Pág. 25.
[2] Cfr. HEIDEGGER M., SER Y TIEMPO, Pág. 55.
[3] Cfr. VIGO A., Arqueología y Aleteiología, y otros estudios Heideggerianos., Buenos Aires, Biblos, 2008, Págs. 231-257.
[4] Cfr. VIGO A., Arqueología y Aleteiología, y otros estudios Heideggerianos., Pág. 231.
[5] Cfr. VIGO A., Arqueología y Aleteiología, y otros estudios Heideggerianos., Pág. 234-235.
[6] Cfr. VIGO A., Arqueología y Aleteiología, y otros estudios Heideggerianos., pág. 235.
[7] HEIDEGGER M., Ontología, Hermenéutica de la Facticidad., pág. 27.
[8] HEIDEGGER M., Ontología, Hermenéutica de la Facticidad., pág. 25.
[9] HEIDEGGER M., Ontología, Hermenéutica de la Facticidad., pág. 41.