domingo, 25 de julio de 2010

Algunas Consideraciones sobre el Dasein.

Algunas Consideraciones sobre el Dasein.

SIGNIFICACIÓN DEL TÉRMINO.

DA, del alemán significa, ahí. + SEIN, del alemán significa, Ser* o Estar. Pero cabe hacer una diferenciación, ya que más tarde en ‘Ser y Tiempo’, Heidegger habla de Ser-en y Estar-en. El Estar-en se dice de cualquier ente categórico, en cambio el Ser-en, se dice sólo del ente que es el Dasein o el hombre-existencial, por ello la traducción del concepto Dasein será tomada como Ser-ahí y no Estar-ahí.

à Por ello para Heidegger, hablar de Dasein*, resulta lo mismo que hablar de ex-sistencia, refiriéndose en todo caso al ahí-del-ser, el cual es manifiesto como el claro, o el lugar en donde se devela el ser.

NACIMIENTO DEL TERMINO DASEIN.

Dentro de las obras de Heidegger es notorio que la primera de ellas en donde se hace referencia al dasein no es ‘Ser y Tiempo’, sino en las Conferencias sobre la ‘Introducción a la Fenomenología de la Religión’ (1920)[1], y en los ‘Estudios de Mística Medieval’, en los cuales se hace un estudio fenomenológico de la vida-fáctica del individuo humano en cuanto creyente, ya en las Lecciones sobre la introducción a la Fenomenología de la Religión, y en especial a los estudios de Fenomenología y Teología publicados en HITOS, Heidegger hacia ya referencia del dasein para apuntar hacia el hombre, en este caso al dasein-creyente, el cual era ya visto como una actitud existencial[2]; durante el periodo de 1917 y 1922 Heidegger anota que el carácter de creencia en el Dasein es un carácter existencial, que es articulado en la vida-fáctica de la religiosidad, y en especial de la experiencia religiosa.

En sus lecciones sobre la Fenomenología de la Religión, Heidegger no habla del Dasein en su ser concreto como ser-fáctico, sino habla especialmente de la experiencia religiosa desde un punto de vista fenomenológico en la vida de S. Pablo y en relación con su contexto histórico –A través de las epístolas Paulinas-.

Para 1923, año para el cual ya habrá contraído nupcias con Elfride Heidegger, Martín Heidegger deja el catolicismo a causa de una crisis religiosa, pero aún así es notoria la influencia de la religiosidad en su pensamiento, en especial para la interpretación antropológica, esto se puede apreciar en sus lecciones de Ontología –Hermenéutica de la Facticidad- en la cual hace una relectura de los conceptos tradicionales del hombre[3], haciendo comentarios desde la corriente teológica protestante de Lutero, Calvino y Zwinglio; de las teológicas católicas de S. Pablo, S. Agustín, S. Tomás de Aquino.

En esta misma obra sobre ‘Ontología, Hermenéutica de la Facticidad’, se esbozan los primeros prolegómenos para ‘Ser y Tiempo’, reflejados en la creación del término Faktizität[4], que en ‘Ser y Tiempo’ será comprendido como por el Dasein*, el cual soy cada vez yo mismo[5]’.

Así mismo el existenciario esencial del Dasein, como un ser-en-el-mundo, se ve expuesto durante todo el capítulo 2 de la Segunda parte de esta obra[6] que habla sobre la vía fenomenológica de la hermenéutica de la facticidad y su ocurrencia en el mundo, esto se aprecia ya de una forma sistemática y bien constituida en ‘Ser y Tiempo’, a lo largo de toda la primera sección de Ser y Tiempo.

*Hasta ahora podemos decir que los primeros aspectos del Dasein fueron caracteres existenciarios relacionados con la religión, con la vida práctica de ella, de fondo un ideal de esperanza y relación con Dios; posteriormente el concepto de Dasein sigue designando al hombre en concreto, pero la esperanza ya no es un carácter existencial, sino una posibilidad como el amor y el conocimiento; el hecho de ser-en-el-mundo es el carácter fundamental del Dasein, el cuidado por su esencia como la condición de posibilidad para cualquier actitud y circunstancia del Dasein.

El hecho de que Heidegger en su obra ‘Ser y Tiempo’ no se haya dedicado a un estudio de la relación del hombre con Dios, le ha costado a ser acusado de ateo. Pero como dice Heidegger, parece a nadie importarle la tesis escrita en ‘Sobre la esencia del Fundamento’ (Vom Wessen des Groundes, 1929. Pág. 28, Nota 1.) y reafirmada en la Carta del Humanismo (Brief Über den Humanismus, 1947, Pág. 69), donde expresa claramente, ‘Mediante la interpretación ontológica del Dasein como Ser-en-el-Mundo todavía no se decide nada, ni positiva, ni negativamente, sobre un posible ser en relación con dios[7]’. Heidegger sólo pone entre paréntesis la cuestión de Dios, él decide ‘ni por el teísmo ni por el ateísmo’.

Por: José Eduardo Rincón Sánchez.

[1] Siete años antes de la publicación de ‘Ser y Tiempo’ en los Cuadernos de Filosofía y Fenomenología, Vol. VIII, en 1927. Estos dirigidos por Edmund Husserl.

[2] Cfr. HEIDEGGER M. ‘Gesamtaugabe; Besinnung’ Vol. LXVI; Trad. Dina V. Picotti, ‘Obras Completas, Meditación.’ Vol. LXVI, Ed. Biblioteca Internacional Martin Heidegger, y Ed. Biblos, Buenos Aires, (2006), pág. 205. ‘la fe es un modo de existencia del Dasein humano que, según su propio testimonio – forma parte esencialmente de ese modo de existencia- no a partir del dasein ni mediante él, sino a partir de lo que se manifiesta en dicho modo de existencia y con él a partir de lo creído[2]’. Aquí se comprueba el hecho de que la creencia para Heidegger, es una actitud existencial del Dasein, por lo tanto una posibilidad de todo Dasein.

[3] El concepto teológico basado en el Génesis 1, 26. Y sus derivados. Además del concepto Filosófico-Aristotélico de Animal Rationale.

[4] Cfr. HEIDEGGER M. Ontologie, Hermeneutik der faktisität. Trad. Jaime Aspiunza, Ontología, Hermenéutica de la Facticidad, Alianza, Madrid, (2008), p.25. ‘Facticidad es el nombre que le damos al carácter de ser de existir . Más exactamente, la expresión significa: ese existir en cada ocasión’.

[5] Ib. HEIDEGGER M. ‘SER Y TIEMPO’, trad. Jorge Eduardo Rivera, Trotta, 2da ed. Madrid. (2009) Pág. 74.

[6] Cfr. HEIDEGGER, Ontología, Hermenéutica de la Facticidad, Pág. 103.

[7]Ib. HEIDEGGER M. ‘Brief über den Humanismus’; Trad. Helena Cortés y Arturo Leyte, ‘Carta sobre el Humanismo’, Ed. Alianza, Madrid, (2006), pág. 69; y Cfr. 71 - lo que debe ser pensado, esto es, la verdad del ser […] y que el pensar la verdad del ser, no se ha decidido por el teísmo, ni por el ateísmo.




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