sábado, 28 de agosto de 2010

El Problema de Dios en Heidegger. (Tres)

LA ENTIDAD DE DIOS, Y EL PASO A UN CIENCIA (POSITIVA) DE DIOS.

El carácter óntico de dios, abre el camino a una fundación de la teología como una ciencia positiva, que en cuanto positiva, tiene como objeto al ente que es dios y que en cuanto expresión de ciencia que estudia religiosidad, atiende al hecho del dasein-creyente*.

Dice Heidegger, ‘la fe es un modo de existencia del Dasein humano que, según su propio testimonio – forma parte esencialmente de ese modo de existencia- no a partir del dasein ni mediante él, sino a partir de lo que se manifiesta en dicho modo de existencia y con él a partir de lo creído[1], de modo que el hecho del dasein-creyente tiene fundamento en lo que su testimonio manifiesta a partir de lo que se creé. Por lo tanto la fe se entiende únicamente por la fe, ya que no hay constatación teórica que justifique su fe.

La fe es regeneración o renacimiento, en el sentido de regeneración como ‘modus del existir del dasein factico y creyente en la historia que comienza con el acontecimiento de la revelación.[2] y relevación en cuanto al modo del dios manifiesto. Por ello la fe es un existir que comprende creyendo en la historia que se revela o que acontece[3] con el dios manifiesto.

La Teología como ciencia de dios y de la fe, tiene como positum la presencia del dios producido por el ser, y el carácter existencial del dasein como creyente. Ahí se constituye el carácter positivo de la teología como ciencia, en el hecho de dios como ente, y el dasein como creyente, y todo esto desde un carácter historiográfico en cuanto acontecido en la historia. Por ello un carácter de la teología como ciencia de dios y de la fe, es que se constituye tambien como una ciencia historiográfica, que se ocupa en la interpretación conceptual de la existencia creyente, que sólo se desvela en la fe y por la fe (cfr. Heidegger, Hitos, pág. 57).

Ahora, el acontecimiento del dasein que cree, tiene que tener una expresión, ya que no basta sólo el hecho de que cree, sino que vive esa creencia, es decir, que ‘el acontecimiento se determina como modo de existencia del creyente, ya que existir es actuar, es decir es πρᾶξις, de todo esto resulta que la teología tiene, según su esencia, el carácter de una ciencia práctica[4]’, fundada en el hecho sobre el hombre que actúa con fe. Por eso mismo la fe es el hecho constitutivo de la teología, y de la vida fáctica del dasein creyente. Y la comprobación del último dios que debe manifestarse, es sólo mediante la manifestación de la vida fáctica, auténtica del dasein creyente.

Al igual que en ‘Ser y Tiempo’, hay ser mientras haya dasein-auténtico que se dé cuenta del ser, el carácter es el mismo para la cuestión de dios, puesto que para que haya una comprobación de la facticidad (existencialidad) del último dios, necesariamente debe haber un dasein-creyente, que haya praxis de su creencia. El carácter pragmático del dasein-creyente, se devela en los estudios de mística medieval como en la introducción a la fenomenología de la religión, donde estudia la vivencia fáctica del S. Pablo; de estos estudios, en síntesis se justifica lo anterior, para que haya dios debe haber dasein-creyente que viva su creencia.

·TOMA DE POSTURA·

Debo reconocer primariamente que Heidegger, es para mí el más grande pensador, pero yo realmente no me permito admitir tal idea de Dios, ya que no me convence, porque es un dios muy lejano, o al menos muy poco visible, a esta posición ayudan sus declaraciones en la carta del humanismo, que al hablar sobre una determinación teísta o a-tea, simplemente dice Heidegger: ‘lo que debe ser pensado, esto es, la verdad del ser[…] y que el pensar la verdad del ser, no se ha decidido por el teísmo, ni por el ateísmo[5]’, y que su filosofía no se decide ni a favor ni en contra de la existencia de dios, es más que permanece en la indiferencia y por lo tanto la cuestión religiosa le es indiferente, y que tal indiferencia no puede dejar de caer en un nihilismo (cfr. Carta del Humanismo, Pág. 70).

Estoy deacuerdo con Heidegger, en cuanto el Dios de la metafísica no debe ser pensado por el Dios de la religión, lo mismo lo ha dicho Gadamer, ‘Él (Heidegger) puso en claro de manera inequívoca que la pregunta por el ser, cuyo nuevo planteamiento asumió como su misión más propia, no se debía entender como la pregunta por Dios.[6]’,

De modo que la postura personal de Heidegger es agnóstica, en cuanto reconoce la existencia de un dios, pero que no la asume, además que para él es más necesario preguntar por la verdad del ser, que por la verdad de dios.

En otro punto en el cual también estoy deacuerdo es que para justificar la existencia de dios vasta que haya un dasein-creyente que viva de forma autentica su fe, ya que como dice en sus conferencias de Teología y Fenomenología, eso es sólo un dato revelable en y por la fe. Por otra parte esta forma de dar razón de dios, es la misma forma en la cual Heidegger, fundamenta al Ser, en su obra Ser y Tiempo, concluyendo casi tajantemente, que para que haya ser, debe existir un dasein que se dé cuenta de el ser mismo, por lo cual, el ser no es necesario, sino el dasein es el ser-necesario para que se dé el ser, de esta forma entonces tambien el dasein-creyente en su facticidad sustentará la evidencia más clara de la existencia de un dios; para mí esto, es verdadero en cuanto vivenciar un credo, pero no lo es cuanto aquél principio eterno e infinito que es dios, necesite de la atención de un ente accidental como el hombre.

*Admito la forma de justificar la existencia de un dios, que sea a través de la vida fáctica, y de la experiencia religiosa; pero no me atrevo a aceptar la idea del último dios (de Heidegger), ya que me resulta estéril y vacía, sin duda algo que el mismo Heidegger reconoce en la carta del humanismo, ‘no deja de caer en un nihilismo[7]’.

*En caso de tomar una postura racional a de la existencia de Dios, mi postura sería una vía que se devela en las reducciones trascendentales de Husserl, a saber es la reducción a la intersubjetividad, cuyo método es el fenomenológico, y que personalmente es el más convincente.

·EXPOSICIÓN DE LA REDUCCIÓN A LA INTERSUBJETIVIDAD·

Que hace alusión al hecho en el cual todo se reduce a la consciencia del ego cogito, en cuanto él es el centro del vivenciar, y que a partir de sus vivencias va constituyendo una visión del mundo, dentro de esta visión del mundo hay otros egos (otros yoes), ahí comienza lo que más tarde Husserl llamará empatía.

En las Meditaciones Cartesianas Husserl pregunta, ¿qué sucede entonces con los otros egos que no son mera representación ni algo representado en mí, unidades sintéticas de una posible verificación de mí, sino que son justamente, deacuerdo con su sentido, otros?[8], es decir que en cuanto yo tengo una visión del mundo, qué pasa con los otros yoes*, que en todo caso son otros. La consideración de Husserl al tomar al ente humano, como otro, abre la posibilidad de hablar de empatía, ya que el otro, es inmanente en mí, en cuanto yo lo percibo (en cuanto ahí) y que los veo similares a mí, pero tambien diferentes; de ahí que se puede comunicarme con él, y sentir con él por medio de la empatía, nuestra común humanidad.

La empatía está constituida como una facultad en la cual me doy cuenta del otro, y lo aprehendo con sus vivencias, es decir que me doy en cuenta tanto en su estructura física (por medio de la percepción sensorial), de su psicología por medio del contagio psicológico y me doy cuenta de su espíritu por medio de la consciencia, se trata de una comprensión fundamental de mi al otro, y del otro a mí. De modo que se puede hablar de una consciencia omnicomprensiva, en cuanto un modo de intuir al otro y así una cadena de consciencias que se comprenden entre sí mismas y para sí mismas, esto crea la hipótesis de una consciencia absoluta que sea capaz de englobar en sí todas las consciencias, por ello dios tiene la conciencia absoluta, y esto se tratará de fundamentar en dos puntos: *en primer lugar la posibilidad de una consciencia suprema, **y en segundo la empatía de la consciencia divina.

La posibilidad de una consciencia suprema tiene hecho fundamental en la empatía ya que es un momento de intercomunicación (entre consciencias), de modo que los tipos comunicación entre las consciencias deben tener un modelo ejemplar, en el cual tengan fundamento; así como todo acto de ser tiene fundamento en el ser subsistente, así toda conexión entre consciencias debe tener un fundamento total, que en este caso puede ser la consciencia suprema de Dios, así la consciencia de dios, coordina todas las conexiones y consciencias de una forma empática. De modo que dios no es un compendio como suma de consciencias, sino una entelequia (que posee en sí su propia perfección), así dios es el fin último de las consciencias, que en cuanto son empatizantes, tienden a la integración, y es en la consciencia de dios donde se encuentra la integración en plenitud.

La empatía de la consciencia divina tiene como fundamento el comprender, de modo que la consciencia divina es una consciencia que todo lo comprende, y tambien tiene la capacidad de penetrar la consciencia de los otros en cuanto es totalmente capaz de englobarlas en sí mismas, y tambien se funda en la misma relación que la consciencia de los hombres; que en cuanto ellos se comprenden son comprendidos (ven y son vistos, tocan y son tocados), por lo tanto la consciencia suprema que es dios comprende la consciencia del hombre, y necesariamente el hombre puede comprender la consciencia suprema que es Dios, y por tanto es capaz de empatizar con ella.

*La propuesta de Husserl consiste en desarrollar una vía fenomenológica hacia dios a través de la reducción trascendental a la consciencia, tomando como principio fundamental la empatía. Así la empatía es el carácter fundamental de esta vía. Posteriormente Edith Stein en sus estudios sobre la estructura de las personas supraindividuales caracterizó la empatía como el rasgo esencial de toda comunidad, de todo pueblo, y de todo estado, debido a que es un carácter espiritual, que en todo caso tiende en relación de un principio más perfecto, es decir que toda estructura social, tiene un arquetipo ejemplar, y tiende hacia la perfección, así mismo en Husserl la empatía tiende hacia la perfección, acto que sólo consigue en la común-unión con Dios.

Por: Eduardo Rincón Sánchez.

[1] HEIDEGGER M. ‘Wegmarken’; Trad. Helena Cortés y Arturo Leyte, ‘HITOS’, Ed. Alianza, Madrid, (2000), Pág. 55.

[2] Ib. Pág. 55.

[3] Ib. Pág. 56.

[4] Ib. Pág. 59.

[5] HEIDEGGER M. ‘Brief über den Humanismus’; Trad. Helena Cortés y Arturo Leyte, ‚Carta sobre el Humanismo’, Ed. Alianza, Madrid, (2006), pág. 71.

[6] GADAMER H. Hegel, Husserl, Heidegger y Hermeneutik im Rückblick, Trad. Angela Ackerman, Los Caminos de Heidegger, Herder, Barcelona, (2002), Pág. 151.

[7] Ib. Carta del Humanismo, Pág. 70.

[8] HUSSERL E. Meditaciones Cartesianas’, Trad. Mario A. Presas, Tecnos, Madrid, (1986), Pág. 120-121.

martes, 24 de agosto de 2010

El Problema de Dios en Heidegger. (Dos)

·EXPOSICIÓN SOBRE EL PROBLEMA DE DIOS EN HEIDEGGER·

Algunos ‘filósofos’, han caracterizado a Martin Heidegger como un filósofo nihilista, entre ellos Edith Stein, que en su crítica a la filosofía existencial de Heidegger (que es un apéndice en su obra magna, 'Ser finito y Ser eterno'), manifiesta que la filosofía existencial de Heidegger es una proclamación al nihilismo, ya que no da ninguna esperanza al hombre, más que la esperanza de morir, por el hecho (como otros autores lo mencionan) de no tomar en cuenta el tema de dios en su obra de Ser y Tiempo, por lo que otros autores dicen que su filosofía es totalmente a-tea, siguiendo la exigencia de Nietzsche, quien decía que para que hubiera un auténtico ateísmo, no deberíamos negar la existencia de dios, sino olvidarnos de toda gramática, y en ello dejar a un lado la problemática por dios; por otra parte hay otros, quienes manifiestan encontrar en Heidegger, un claro para llegar a dios.

*Pero lo que a nosotros nos importa, no es lo que hayan dicho los otros, que si su filosofía es a-tea, o teísta, o agnóstica, sino lo que haya dicho el mismo Martin Heidegger, respecto de dios.

Heidegger, en su exposición sobre el tema de Dios en la obra de los Aportes a la Filosofía, comienza diciendo ‘El totalmente otro ante los sidos, sobre todo ante el cristiano[1]’, y precisamente el totalmente otro, porque los cristianos se han apoderado del dios, han reclamado su pertenencia, y en ello se han consagrado a lo meramente óntico o de otra forma al ente supremo, que en todo caso es dios.

La cuestión ahora es ¿porqué ante los cristianos y ante los sidos*?, no solamente por que se han reclamado su pertenencia, sino que, el cristianismo (siguiendo el pensar Nietzscheano) es un dato de inautenticidad del dasein, no en cuanto hecho historiográfico, sino en cuanto impiden pensar al dasein, para Heidegger el cristianismo tiene que ser concebido como un nihilismo ‘porque es una consecuencia esencial del abandono del ser[2], y todo aquello que promueva el abandono del ser, es nihilismo. Aún el hecho de un abandono a la providencia de Dios y del Señor Dios, es una alta proclamación del nihilismo, como dice Heidegger ‘…por honradas que sean […] son sólo expedientes y perplejidades en el ámbito que no se quiere reconocer y dejar regir, como el ámbito de decisión acerca del Ser[3], por ello dice Heidegger, que el nihilismo más funesto es ‘el hacerse pasar como protectores del cristianismo[4] porque en ese mismo hecho, se quiere proteger el no pensar la esencia misma del Ser, sujetándose a pensar propiamente en el ente supremo que es dios.

El Ser se ha liberado de lo ente, dice Heidegger ‘…ha abandonado tan fundamentalmente al ente, y librado éste a la maquinación y al vivenciar…[5]’, De modo que el Ser no está en lo ente, y por lo tanto todo vivenciar (tenga el carácter que tenga), será siempre un vivenciar óntico. Precisamente el vivenciar óntico, las efusiones sentimentales, el culto divino habitual, y los consuelos son para Heidegger expresión de un A-teísmo, porque son por así decir un reemplazo de la divinidad de los dioses[6], el cual impide meditar el advenimiento del ser en el dasein. *El hecho es que las experiencias anteriores, se encierran totalmente al plano de lo óntico y no se abren a la experiencia fundante del Ser en el dasein.

En el sentido anteriormente expuesto entra la siguiente cuestión, cómo se supera el nihilismo de la institución religiosa, ¿Cuál es su lugar?; sin duda alguna, el cómo en cuanto modo y lugar de superación del nihilismo es el dasein, al respecto de esto dice Heidegger, ‘el lugar […] es el ser-ahí, sobre cuyo fundamento por primera vez el ser mismo llega al saber como el rehuso, y con ello como el evento-apropiador. En la experiencia fundamental de que el hombre como fundador del ser-ahí es usado por la divinidad del otro dios, se inicia la preparación de la superación del nihilismo’.

De modo que el problema de Dios en el pensamiento de Heidegger se irá develando a través de los siguientes conceptos, el dasein (o los futuros), el otro dios (o el último dios).

¿Quiénes son los futuros? Son aquellos donde adviene, el acercamiento y lejanía del último dios, esta cercanía y lejanía del último dios es tambien develación de la verdad del ser, y sabemos bien que la verdad del ser sólo se muestra en aquellos que preguntan, pues como dice Heidegger ‘la pregunta es la devoción del espíritu’.

La verdad del ser deviene… sólo a través de los que preguntan. Ellos son los verdaderos creyentes, porque –inaugurando la esencia de la verdad- se detienen en el fundamento.[7]’, de modo que al hablar de los futuros (aquellos donde se da el advenimiento de la verdad del ser), los insólitos (los que preguntan por la verdad del ser), y los creyentes (los que inauguran la verdad del ser), estaremos hablando del mismo ser, el dasein-auténtico-y-creyente.

La disposición esencial de los futuros es el pase y el salto, que en su esencia aguardan no el pensar metafísico, sino la superación de éste, de modo que pase y salto, son la configuración a un nuevo pensar, al pensar mismo del ser por el ser, que tiene como condición de posibilidad ‘el desocultarse del abandono del ser[8]’, el abandonar el abandono-del-ser, y dar el pase y salto hacia el preguntar esencial por el ser.

Los futuros son aquellos que buscan al último dios, y que en su buscar ‘tienen que estar aparentemente en contra del pueblo[9], aquí su relación con los profetas, como aquellos que auténticamente buscan al dios, y que comunican la verdad del dios, a aquellos que no la han encontrado, y que en su comunicar la verdad del dios, han de estar aparentemente en contra del pueblo.

Ahora la misión de aquellos que tienen la verdad del último dios, es decir de los pensadores (los otros, los futuros, los profetas, los insólitos) es precisamente ser guardianes de esa verdad fundante[10].El hecho de la fundación de los futuros, es muestra de que en ellos brilla el último dios, y que todos ellos fundan al dasein, a través del cual oscila la cercanía del último dios[11].

En resumen podemos decir que los futuros, son aquellos quienes se preguntan por el sentido y verdad del último dios, y que en ese preguntar esencial, el último dios brilla en ellos, lo cual los caracteriza como portadores y custodios de su verdad; además es necesario recalcar la gran relación que existe entre el futuro y el dasein auténtico, que en todo caso es el mismo, pero que el preguntar del dasein es de un orden más intimo.

¿Qué es el último dios? Como dice Heidegger, el totalmente otro.

El último dios es precisamente la superación del dios pensado en la tradición metafísica[12], y como para Heidegger la metafísica es el abandono del ser a lo ente, se trata de un dios óntico, y que en todo caso el cristianismo también proclama un dios metafísico ya que la teología está fundada en la metafísica, y con ello fundada en el olvido del ser. Por esa razón parase no importarle a Heidegger el problema del dios metafísico. Por ello el último dios es fundación auténticamente filosófica, puesto que la filosofía es ‘el preguntar del ser por el ser[13]’, y el claro del último dios es manifestación del preguntar de los futuros.

El último dios no es el evento mismo (el ser como lo eventual, como el fundamento fundante de toda realidad), él es sin duda ‘la verdad del ser con su más intimo brillo[14], de modo que el ser ha fundado al último dios, en el claro mismo de su verdad, de lo que tambien podemos decir que el último dios goza del ser, y al hecho de hablar del último dios, hablamos de un hecho o evento singular, pero del cual no debemos afirmar ningún mono-teísmo o especie de teísmo, puesto que estas directivas del dios ‘tienen la metafísica como presupuesto pensante[15], y tampoco hablar de una redención en la cual actúa dios para con el hombre, sino hablar de una inserción, que tiene su fundamento en ‘la pertenencia del hombre al ser a través del dios[16]’.

Con todo esto queda superada la versión metafísica del dios, ya que la pregunta metafísica era respondida a través del ente, ahora la pregunta por el ser se responde por desde el mismo ser, que en su verdad y sentido, se manifiesta en el dasein, quien establece una relación con el ser, a través del dios que ha sido fundado por el ser.

Para Heidegger, el dios no ha creado a los hombre, ni estos a los dioses. Es la verdad del ser la que decide sobre ambos, en tanto no gobierna sobre ellos, sino que acaece entre ellos[17]. De modo que el fundamento de la deidad, es la verdad del ser, y como ente que es dios se conoce a través de la interpretación de su entidad como presencia producida.

Por. Eduardo Rincón Sánchez.

[1] HEIDEGGER M. ‘Gesamtaugabe; Beiträge zur Philosophie (Vom Ereignis)’ Vol. LXV; Trad. Dina V. Picotti, ‘Obras Completas, Aportes a la filosofía (Acerca del evento)’ Vol. LXV, Ed. Biblioteca Internacional Martin Heidegger, y Ed. Biblos, Buenos Aires, (2006), Pág. 323.

[2] Ib. Pág. 122.

[3] Ib. Pág. 123.

[4] Ib. 123.

[5] Ib. 123.

[6] HEIDEGGER M. ‘Gesamtaugabe; Besinnung’ Vol. LXVI; Trad. Dina V. Picotti, ‘Obras Completas, Meditación.’ Vol. LXVI, Ed. Biblioteca Internacional Martin Heidegger, y Ed. Biblos, Buenos Aires, (2006), pág. 207.

[7] Ib. HEIDEGGER. Aportes a la Filosofía, Acerca del evento. Pág. 28.

[8] Ib. Pág. 318.

[9] Ib. Pág. 320.

[10] Cfr. Pág. 325.

[11] Cfr. Pág. 321.

[12] De ahí mismo que Heidegger nombre paso*, a la etapa de transición del pensamiento metafísico al pensamiento auténtico del-pensar el ser mismo, el último dios es la superación del dios metafísico.

[13] Cfr. Pág. 339.

[14] Ib. Pág. 328.

[15] Ib. Pág. 329.

[16] Ib. Pág. 331.

[17] Cfr. HEIDEGGER, Meditación, Pág. 205.

El Problema de Dios en Heidegger. (Uno)

. ‘El problema de Dios en M. Heidegger’.

·ALGUNAS CONSIDERACIONES·

En primer lugar debo hacer saber, que Martin Heidegger, jamás escribió alguna obra dedicada al estudio del problema de Dios, y que a lo largo de su carrera filosófica, este tema nunca tuvo el punto central de su reflexión filosófica, sin embargo hay numerosos escritos en los que Heidegger asume esta problemática, no de una forma total y detallada, pero si suficiente para darnos una ligera idea de cómo esta idea era latente en el pensamiento de Heidegger.

Las obras que han ayudado a comprender esta temática (de Dios) son la Introducción a la Fenomenología de la Religión; Los Estudios de Mística Medieval, estas son series de lecciones que Heidegger impartió, y en las cuales se encuentra escaso material sustancial dedicado a la problemática de dios, sin embargo la naturaleza de estas está dedicada al análisis fenomenológico de la vida religiosa (el sentido pragmático del dasein-creyente), y en las lecciones de Fenomenología y Teología, está dedicado a relacionar la teología como una ciencia positiva, que en cuanto ciencia, el ente* de estudio es dios, la fe y el dasein-creyente, desde un aspecto historiográfico.

En los Aportes a la Filosofía (Acerca del Evento), Heidegger dedica un capítulo entero al tema de Dios (El último Dios); en la obra de Meditación, Heidegger en el capítulo sobre los dioses, dedica su trabajo a cuestionar la esencia de los dioses (la deidad de los dioses).

Y por último en la Carta del Humanismo, dedica algunas páginas a la temática de dios, y es precisamente en esta obra donde Heidegger esclarece un poco su postura frente a dios.

En primer lugar se comenzará a hacer una exposición sistemática sobre el problema de dios, en el pensamiento de Heidegger; para que en segundo lugar se llegue a la verdad y sentido de dios (en el pensamiento de Heidegger), a través del dasein-creyente, que tiene su autenticidad en el hecho de la vivencia-religiosa[1]. Un tercer momento será una toma de postura frente a la propuesta Heidegger.

Por: Eduardo Rincón Sánchez.

[1] *Esto lo he relacionado con Ser y Tiempo, en donde Heidegger busca llegar a la verdad y sentido del ser, a través del dasein autentico, por lo que en esta investigación, el claro de Dios, será el dasein-creyente-auténtico.

jueves, 12 de agosto de 2010

La diferencia ontológica, en Heidegger.

‘Estar-en y Ser-en’.

Para comenzar a hablar de la diferencia ontológica dentro del horizonte Heideggeriano, debemos tomar en cuenta la primacía del Dasein; en la cual Heidegger nos dice: que el Dasein es un ente cuya esencia es ‘el ser ontológico’, y su primacía esencial radica en ser un ente óntico-ontológico cuya manifestabilidad en-el-Mundo radica en el ‘SER-EN’; y que el ente, que pertenece a lo meramente óntico, a lo cósico, propiamente no tiene ninguna actitud existencial, -tomando estrictamente ese pensamiento tenemos que sólo el Dasein existe-, pero por ahora sólo es necesario, aclarar que lo meramente cósico, lo-a-la-mano tiene una manifestabilidad en el mundo que radica en el mero ESTAR-EN.

Posteriormente se tomará en cuenta el hecho de la preposición in la cual es de suma importancia para poder interpretar adecuadamente el SER-EN-El-MUNDO, del ente que es el Dasein y el ente categórico.

La existencia óntica está determinada por el mero estar-en de las cosas, es decir en la mera manifestación fenoménica del ente en el mundo. En cambio el Ser-en, propio del Dasein determina su existencia óntica-ontológica (deacuerdo con su primacía) en-el-Mundo. La existencia ontológica propia del ser que es-en-el-Mundo tiene su fundamento en el cuidado (Sorge), como la esencia del todo estructural que es él mismo; este cuidado ha de proyectarse como apertureidad, es decir como abierto a sus posibilidades.

La diferencia ontológica entre el Dasein y el ente-categórico en su existencia en-el-Mundo, tiene como base el SER que es propio del Dasein frente al mero ESTAR del ente categórico.

Ahora corresponde hacer una exposición sobre el in del Dasein frente al in del ente categórico, ya que se corre el riesgo de mal interpretar el hecho de en-el-Mundo (in-der-welt), en un sentido de espacialidad, cayendo ahí en el siguiente error interpretativo: ‘el llegar a interpretar al Dasein como un mero ente corpóreo que se haya espacialmente en el mundo’.

La preposición in en el pensamiento de Heidegger no tiene un sentido de ubicación en la espacialidad, sino un sentido existencial que expresa el involucramiento (Beteiligung) del Dasein y el mundo; de modo que la inclusión es rechazada por Heidegger. El sentido de la inclusión está relacionado con el estar-dentro-del-mundo (en medio de él), pero el estar-en* sólo se aplica a los entes comunes (a-la-mano), y no al Dasein.

Heidegger señala claramente que el sentido originario del in es más bien el sentido del residir, del habitar o el morar en[1]; de ahí que sea una relación existencial, ya que exige una actitud del Dasein; -por ello el habitar es un modo básico del Ser que es un Ser-en-el-Mundo-, y no puede interpretarse al Dasein como un ser que tiene una relación sujeto-objeto con el mundo, ya que la naturaleza de la relación hombre-mundo, es una relación existencial de co-existencia-en-el-Mundo.

A esto se añade la crítica que hace Heidegger[2] a la ontología del mundo según Descartes, la cual está fundada en la conciencia del ego cogitans; y la crítica de la intencionalidad que hace Heidegger hacia la fenomenología de Husserl al hablar de la constitución-del-mundo (Weltanschauung), esto se aprecia de una forma detallada en: ‘Prolegómenos para una historia del concepto de Tiempo.’, ‘Los fundamentos metafísicos de la lógica.’, ‘Problemas Básicos.’, y en la obra de Hubert L. Dreyfus ‘Husserl, Intentionality and Congnocitive Science’ .

Anteriormente se dijo que el Ser-en no se debe interpretar como un ser-en espacial, pero cabe señalar que el Dasein tiene su propio modo espacial de Ser-en (el-Mundo), y se funda en el ocuparse de las cosas (Besorgen), y en la solicitud (Fürsorge) con los otros Dasein, para Heidegger el hecho de la solicitud abre paso a la co-existencia y a la empatía (Einfühlung); ésta última, no debe interpretarse como un aprehender al otro con sus vivencias como dice ‘la teoría fenomenológica de la percepción óntica-noemática del otro’ en Husserl, ni como el paso para la intersubjetividad monadológica (Ver. Quinta Meditación. Parágrafo §42, ‘En que la esfera trascendental del ser se revela como intersubjetividad monadológica.’ §42 y SS. En Meditaciones Cartesianas[3]), sino como un habérselas con los otros entes que tienen el mismo carácter fáctico del Dasein[4].

Retomando la exposición: en el sentido categórico (óntico), la preposición in significa inclusión, un mero estar-en el espacio, es decir una ubicación; para Heidegger la expresión in, como se ha dicho antes, significa estar-involucrado con-el-mundo (co-existiendo en él), y que esta relación (Dasein-Mundo) determina existencialmente al Dasein (el Dasein es un Ser-en-el-Mundo, involucrado totalmente en él) al mismo tiempo de expresar una relación existencial, describe una autointerpretación del Dasein en cuanto se reconoce en-el-Mundo, como algo pro-yectado es decir como una existencia factual que se auto-interpreta como un alguien[5]. La interpretación que el Dasein hace de sí mismo (preguntando por el quién), es la de un ser que está involucrado-con el mundo existencialmente, lo que le da la característica de ser un ente intramundano[6]. Un Ser-en-el-Mundo.

La existencia factual o el factum de este ente intramundano se proyecta en las modalidades de Ser-en; y estas formas de Ser-en-el-Mundo son llevadas de la mano por el cuidado (Sorge), así el cuidado, como característica existencial de Dasein es un término ontológico que se utiliza para designar el modo de una determinada posibilidad de estar-en-el-mundo[7]. De ahí que el Dasein sea sus posibles en la modalidad que su esencia es el cuidado, y éste posibilita a aquéllas.

El Dasein se manifiesta como un Ser-en-el-Mundo, y su existencia factual en-el-mundo se ha de reflejar en el cuidado como proyección de su ser en las posibilidades de ser-en-el-mundo. Ser-en-el-Mundo, es un estado de apertureidad del Dasein hacia sus posibles.

Al tener en cuenta que la temporalidad es el sentido del Dasein[8], debemos asumir que su Ser-en-el-Mundo, y el cuidado como forma de su existencia factual, estarán intrínsecamente determinados por el horizonte de la temporalidad.

De modo que el Dasein debe comprenderse a sí como el ente que ex-siste como un Ser-en, que hace factual su existencia bajo el cuidado como la pro-yección de sus posibilidades, todo esto bajo el horizonte de la temporalidad.

Por. Eduardo Rincón Sánchez.

[1] Cfr. HEIDEGGER ‘Sein und Zeit’, Trad. Jorge Eduardo Rivera, 'Ser y Tiempo', 2da Ed., Trotta, Madrid, (2009), Pág. 75.

[2] Dentro del Capítulo Tercero de la Primera Sección de ‘Ser y Tiempo’, principalmente en los parágrafos: §18, §19, §20 y §21.

[3] Cfr. HUSSERL E. ‘Cartesianische Meditationen’, Trad. José Gaos y Miguel García-Baró, ‘Meditaciones Cartesianas’, FCE, México, (2005), Págs. 135 y SS.

[4] Cfr. HEIDEGGER M. ‘SER Y TIEMPO’, Pág. 211.

[5] Al auto-interpretarse como un alguien, su respuesta apuntará necesariamente al quién-que-es-él-mismo, y en ello a su existencia, así evitando dar una respuesta en sentido tradicional, al responder por un qué. Por Sentido Tradicional debe necesariamente entenderse por la tradición Metafísica y Teológica.

[6] Cfr. HEIDEGGER M. ‘SER Y TIEMPO’, Pág.77.

[7] Cfr. HEIDEGGER M. ‘SER Y TIEMPO’, Pág. 78.

[8] Cfr. HEIDEGGER M. ‘SER Y TIEMPO’, Pág. 38; además página 40.