sábado, 7 de agosto de 2010

'Las categorías de lo in-auténtico', la presencia de Heidegger y su Hermenéutica de la Cotidianidad...

...en ‘La Era del Vacío’ de Gilles Lipovetsky.

‘…la vida de las sociedades contemporáneas está dirigida desde ahora por una nueva estrategia[1]…’ llámese seducción.

La categoría de lo espectacular* convierte a las sociedades, en sistemas de consumo, considerando la alienación de lo a-la-mano, lo a la moda en categorías de supuesta autenticidad; en cuanto categorías se entiende al cómo en cuanto sentido o modo de ser del individuo en sociedad. La ética de la alienación post-moderna promueve no el mito Hegeliano del amo y el esclavo, sino a un señor que sin esclavo, lo tiene todo a la mano, sin mediaciones, todo a la carta, a partir de lo que se le ha impuesto para que elija.

El menú de la dieta social diaria se sujeta a ‘saber lo que nos hacen saber’, saber de apariencias y mera novedad, en elegir lo que nos hacen elegir, nuevamente lo a la carta.
En cuanto a la carta se entiende a lo disponible, a lo posible por elegir, y dentro de esa elección la sociedad misma elige, no soy yo quien elige, sino es la sociedad misma quien se elige así, y con ello la teoría del espectáculo promueve la alienación a lo ‘a la moda’, y a todas aquellas ceremonias que maximizan el hedonismo postmoderno, la cultura del yo estético.

El auto-servicio como promoción de lo ‘a la carta’ refleja un proceso sistemático de personalización, donde el sujeto mismo se personaliza, partiendo de los elementos dados por el sistema, es decir, uno se personaliza a partir de lo que hay, creyendo elegir libre, y personalizar su mundo acorde a sus ‘necesidades[2]’.

La categoría de la independencia no en cuanto libertad en término abstracto, sino en cuanto posibilidad de elegir, e ir al propio ritmo, al ritmo y tiempo que el sujeto quiere… ‘según las preferencias de cada uno[3]’, aquí la vida se delimita no en base de principios universales[4], sino en una función modulada conforme a las motivaciones individuales y a la flexibilidad de la inautenticidad del individuo.

La categoría de lo humano, ahora lo verdaderamente humano es lo estético, y lo estético es ahora lo profetizado por la ética del consumo. Lo personal se manifiesta más que nada en los pseudo-ideales de libertad y autonomía, donde ‘la mayoría habla[5] sobre lo que se-dice*, se dice esto, se dice aquello, se dice que hay que pensar, cómo hay que vivir, que hay que elegir y sobre todo quienes hay que ser. La era de la seducción promueve no sólo un sentimiento sagrado al yo, sino que impide el sentimiento de la conquista del yo para hablar de un nosotros.

Ahora como problemática sociológica se tratará de abordar el tema del suicidio, como un punto de convergencia de las categorías de la inautenticidad que se han señalado con anterioridad.

Como presupuestos para dar paso a la problemática del suicidio se contemplará la indiferencia pura, el narcisismo, y por último el suicidio.

En cuanto a la indiferencia pura, Gilles Lipovetsky hace mención de ello a lo largo del capítulo II[6].

La manifestación de la indiferencia pura, es al mismo tiempo una fractura en las relaciones sociales de la sociedad, en donde los puntos de cohesión se han debilitado por algunos factores, en este caso se abordará el narcisismo como el qué de la cuestión.

En cuanto a indiferencia se entiende la apatía, y por ello llegamos al concepto de anomia social, desarrollada antes por Durkheim, y que es al mismo tiempo un factor que da paso al suicidio, que tambien fue estudiado por Durkheim. El hecho de un cómo de la inautenticidad se ve primado por la falta de sentido, o bien hay muchos sentidos en la vida del individuo pero su trascendencia es poca o nula, el problema de la inautenticidad es que el individuo-anómico está consagrado a las leyes del mínimo esfuerzo, el todo a la mano, nada sin esfuerzo, un ejemplo claro de esta realidad, es el hecho de hoy en día muchos jóvenes lo tienen todo materialmente hablando, entonces se llega a crear un vacío existencial el cual puede llegar al desborde del suicidio, comprobando en este hecho que lo-a-la-mano, puede propiciar pero nunca determinar una actitud para el suicidio.

Ahora… bajo el sello de lo-a-la-mano está aquello personalizado, las éticas de consumo, que al mismo tiempo llenan y satisfacen las necesidades inmediatas del ser humano, en este casi el individuo puede propiciar la anomia, al momento que satisfaciendo únicamente las necesidades a primera mano se olvida de necesidades esenciales, como la busca de sentido en la vida, respuestas hacia las preguntas acerca de la existencialidad del ser humano (quién soy, a dónde voy, de dónde vengo, qué quiero de mi), las crisis existenciales sirven para fijar y reafirmar el sentido en la vida, el problema es que cuando no hay un sentido, difícilmente se podrá tener una crisis de identidad para reafirmar la vida misma.

Según Albert Camus, La angustia ante lo absurdo de la vida, proporciona un sentimiento de el cual la única alternativa es el suicidio, ahora bien, la angustia ante lo-a-la-mano y su practicidad puede provocar un sentimiento de olvido hacia lo realmente satisfactorio de la existencia, encarnando al mismo tiempo un sentimiento trágico a la vida y con ello un sentimiento de absurdo, del cual podemos obtener que también puede hacer inminente la posibilidad del suicidio, ante la angustia de que lo-a-la-mano sólo es transitorio, y dentro de esto también entran las ceremonias en cuanto al cómo de lo manifiesto de enajenación que pronto puede caer en un aburrimiento total de lo habido*, en cuanto a novedades…

El narcisismo puede marcarse como la ideología del yo, donde lo mío, es lo que importa, el propio interés y el servicio personalizado a las categorías que el individuo ha determinado, la vida de las comunidades está caracterizada por los sentimientos de cohesión social, la respectividad y el darse cuenta del otro es la base de las comunidades, se trata de sentimientos de colectividad o categóricamente hablando de sentimientos de nostridad[7]. Las sociedades post-modernas primadas por el slogan de la privacidad y la individualidad han olvidado los sentimientos respectividad, y la realidad de que los seres humanos están hechos para la comunidad, para mantener la armonía, de una estructura, y no para abogar por el propio interés… la indiferencia hacia la realidad social, propone entonces un olvido de la colectividad, y un abandono hacia la realidad personal, al yo mismo.

Dentro de las sociedades actuales, se dice, suena a manada*, al referirse que dos es mucho y tres es multitud… lo de ahora es lo personal, el ser indiferente (no la diferencia); la apatía ante este abandono de la realidad colectiva propicia el aspecto que se hace referencia, el narcicismo.

El tema central del narcicismo se fundamente en esta expresión… ‘el yo debe convertirse en la preocupación central[8] así configurando el yo puro (Todo yo).

El hecho de expresar al suicidio como la problemática central se fundamenta en que Lipovetsky dice que ‘el proceso de personalización desmantela la personalidad[9], ya que al afectar directamente la autonomía de los jóvenes, fractura el proceso de identificación existencial, orillándolos a lo consumible, a lo que se recibe, al yo receptivo, y no al yo que da, que integra y que humaniza. Estos procesos de personalización suaviza las costumbres al grado de que puede romper con ellas y desecharlas; ¿acaso no está pasando esto en la juventud actual, que se ha consagrado a lo ecléctico o a lo new*, y configurado de la religiosidad algo puramente compuesto?, las sociedades actuales han denigrado tanto el sentido de la religiosidad que el hecho no es pertenecer a una religión, sino sentirse bien en una, el tiempo que sea necesario… la religión se ha vuelto algo desechable, algo que se configura acorde de los caprichos de las nuevas sociedades. (Sincretismo Religioso).

Al hablar del aspecto religioso es que la propuesta de las religiones es mantener la esperanza en trascendencia del hombre, ahora en la actualidad no es la trascendencia después de la muerte, sino una trascendencia fijada en el ahora. Un tanto similar a lo que Ernst Block decía sobre el bien morir… un bien vivir, un trascender en vida propicia a que la muerte sea el clímax de la existencia, el hecho es que ahora no creen en trascendencia ni en nada… ahora se cree en las posibilidades de cada quien, y en lo que cada quien tiene preparado en su destino… el acto del suicidio viene como un añadido ante la desvalorización de la trascendencia, y como un hecho que el hombre actual está olvidando la posibilidad del cambio.

La posibilidad del cambio está en que el hombre al aceptar su realidad puede cambiarla, ahora se respira un tanto de indiferencia ante el cambio, que importa si cambio, sólo quiero ser yo… ante estos sentimientos de olvido, puede darse fácilmente la idea del suicidio, como gran parte de la filosofía existencialista, para que vivir si así he de morir… mejor morir ahora.

David Hume en sus escritos sobre la naturaleza humana, mantiene que nada puede cambiar las acciones del ser humano… el ser humano es inmutable, y ante esta imposibilidad del cambio una salida, no del pensamiento de Hume pero si del pensamiento de Camus, el suicidio ante la tragedia de la vida.

El suicidio como origen ante la irresponsabilidad nace por el hecho de que la formación de la persona humana requiere de responsabilidad, en este tiempo la responsabilidad es un concepto casi sin significado ya que cada quien hace lo que quiere, eso es su libertad, y su libertad se proyecta porque es responsable y actúa por sí mismo, lo importante es que el individuo actúe pero con una personalidad determinada, no por una ‘personalidad flotante… sin proyecto… sin estructura ni voluntad, pero eso sí, con demasiada emotividad y labilidad[10]’, y como dijo Durkheim ‘ahí donde la desinserción individualista ha tomado gran amplitud, el suicidio experimenta un aumento considerable[11]’, entonces tenemos que el suicidio es fruto de la fragmentación de la estructura social, en la cual los individuos faltos de sentido y significación se suicidan.

En cuanto a las ceremonias que propician el suicidio es el alcoholismo, la drogadicción y el sexismo, estos entre los más apremiantes para mi, ya que resultan un tanto de abandono de la persona hacia estas ceremonias, que lo enajenan y poco a poco el individuo-se-destruye.

En definitiva tomando palabras de Lipovetsky ‘el individuo postmoderno intenta matarse sin querer morir[12]’, habiéndose consagrado a la inautenticidad y al olvido de sí mismo… se olvida de sí (en cuanto a su realidad), pero asume una supuesta autenticidad en la cual, los prejuicios, lo-a-la-moda, lo estético, terminan por dominar la vida del ser humano.



[1] LIPOVETSKY Gilles, ‘La era del vacío’, Trad. Joan Vinyoli, 7ma Ed, Anagrama, (2009), Pág. 18.

[2] En cuanto a Necesidades* hay que tomar en cuenta que la estructura social, las ha determinado previamente, al delimitar lo ‘a la carta’.

[3] Ib. LIPOVETSKY. Pág. 19.

[4] Imperativos Categóricos, que definan la moral en cuanto cómo del actuar.

[5] Y se creé que realmente se está diciendo algo de forma propia (libre y autónoma).

[6] Ib. Lipovetsky. Pág. 34-48.

[7] En cuanto a la manifestación del darme cuenta de mí y del otro, aceptar la realidad presente en el momento, y dar un si a la integración armónica de los otros, de una forma libre y responsable.

[8] Ib. Pág. 55.

[9] Ib. Pág. 207.

[10] Ib. Pág. 209.

[11] Ib. Pág. 210.

[12] Ib. Pág. 213.

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