domingo, 25 de julio de 2010

Consideraciones Lingüístico-ontológicas en Heidegger.

El lenguaje en la carta del humanismo de Martin Heidegger.
‘…así, el lenguaje es el lenguaje del ser, como las nubes son las nubes del cielo. Con su decir, el pensar traza en el lenguaje surcos apenas visibles. Son aún más tenues que los surcos que el campesino, con paso lento, abre en el campo.’ Heidegger.

El actuar sólo se conoce mediante la producción de un efecto, cuya realidad se ha de estimar en función de su utilidad, llevar a cabo la utilidad es llevar a plenitud la esencia, por tanto sólo ‘el pensar lleva a cabo la relación del Ser con la esencia del hombre[1], en lenguaje de Heidegger es llevar a plenitud al Dasein; el lenguaje expresa y articula la existencia del hombre, en cuanto que éste piensa, ya que expresa su pensar en el lenguaje, y sólo mediante el lenguaje el hombre llega a ser lo que ya es, se es hombre no si se tiene ser, sino en tanto que se es referente al ser que naturalmente se expresa por el lenguaje. Por ello dice Heidegger ‘el lenguaje es la casa del ser… y los pensadores y poetas son los guardianes de esa morada, y su guarda consiste en llevar a cabo la manifestación del ser[2]’, en cuanto morada, se expresa, el habitar en*, y en cuanto habitar, una forma de ser, un ethos que en cuanto morada del Dasein, busca la autenticidad y habla la verdad del ser, el ethos del dasein no es un carácter en el sentido tradicional de la moral o la ética, sino una forma de ser existencial, que en cuanto condición de posibilidad tiene es el articular el pensar por medio del preguntar, y éste por medio del lenguaje.

Para Heidegger, el pensamiento ha sido limitado por la tradición occidental, la cual demarcó los parámetros para el pensar, y que esto no debe de ser así, ya que el lenguaje no pertenece propiamente a la gramática ni a las leyes de la lógica Aristotélica, sino que el lenguaje es lo más propio del hombre en cuanto homo humanus, y, es el medio por el cual, se es referente a su ser; gracias a Aristóteles y Platón el pensar se volvió una τέχνη, un procedimiento de reflexión como instrumento de fabricación y dominio de los entes. El giro fue pasar de un pensar práctico a un pensar reflexivo, hundido en la palabrería, en la técnica y en la teoría. Ejemplo: ‘La sabiduría dejó de ser la forma como la comunidad caracterizaba las acciones de un personaje particular como Ulises[3]’, de modo que ahora se concebía al individuo sabio no con la figura de Ulises, sino con lo que “realmente” era el concepto de sabio; Sócrates el gran buscador de los conceptos universales así como Platón y Aristóteles, buscó determinaciones no pragmáticas del lenguaje sino teóricas.

Esto provocó lo que Echeverría llama ‘la muerte del lenguaje del devenir’ (del el lenguaje pragmático), el lenguaje que reclamaba una actitud vital del essere umano, y no una actitud rationale del ser humano. El lenguaje del Ser (el lógos*, la palabra escrita) fue el abandono del pragmatismo helénico proclamado en los Poemas Homéricos, donde άγαθός ya no era lo valiente de aquél, que actuaba conforme a las leyes del estado, al temor a los Dioses, y el Gran Héroe de guerras, sino que lo valiente tomó parte en un vocabulario regido por leyes Axiomáticas (leyes de valores éticos), que sólo se era valiente en medida de que su valentía fuera coordinada de lo establecido según a leyes morales.

El mismo Nietzsche luchó en contra de los valores establecidos por el cristianismo, los cuales para él eran una denigración de la verdad*, para Nietzsche se tenía que regresar en principio a la exigencia histórica del άγαθός Griego, del hombre valeroso, fuerte y temible; y que, de aquél nuevo hombre surgiría la raza del valeroso Übermesch, el nuevo hombre. Este pensamiento también es abordado por Heidegger, en sus conferencias sobre Nietzsche, sólo que para Heidegger, la finalidad del proyecto era buscar que el hombre, fuera auténtico, en cuanto fuera él mismo, y no se dejara controlar por las habladurías del se-dice*; de igual manera Heidegger, siempre hace caso a la filología para determinar el sentido en cuanto posibilidad, y no hace caso a la tradición que ha perdido los conceptos, Heidegger mantiene que el olvido del ser, el olvido del lenguaje, es tambien olvido de la esencia del hombre, y que este olvido ha sido promocionado por la tradición.

El abandono hacia el lenguaje escrito ha provocado en occidente el transformar el mundo e incluso destruir a nuestros enemigos, dio la terrible ilusión de que el hombre domina la naturaleza; todo esto ha sido muy recriminado por Heidegger, ya en su libro Sein und Zeit proclama que la existencia inauténtica es provocada por el olvido del ser, por el olvido de la pregunta fundamental de la filosofía; que el hombre ha olvidado su principio y se ha consagrado al dominio óntico y en ello ha olvidado su esencia, esencia que sólo gracias a la referencia hacia el ser puede ser retomada. El olvido del ser tiene como consecuencia inminente el olvido del hombre.

El hombre dice Heidegger es un ser que tiene una tripe primacía ontológica por sobre todos los seres, ya que sólo él, es referente hacia el Ser…

Ernst Meyr dijo que ‘el rasgo básico que distingue a la especie humana de otras, es el lenguaje humano[4], por tanto el lenguaje, y sólo el lenguaje configura lo puramente humano.

Si se ha de interpretar al hombre, en lenguaje Heideggeriano*, no es a través de los pre-juicios metafísicos, sino a través de la relación del hombre con el ser, que sólo se puede dar por medio del lenguaje; ahora bien, la naturaleza de esta relación consiste en ver al hombre a la luz de la relación con el ser.

El termino dasein, es para Heidegger la esencia del hombre, que se manifiesta como el cómo del ser, como la forma por antonomasia en la cual el ser se ha de de-velar. El hombre es para Heidegger, el claro mismo de la verdad del ser, es el ente donde brilla y se hace transparente el ser mismo.

Según Heidegger el horizonte antropológico de la modernidad queda superado desde el contemplar al hombre desde este pre-supuesto, desde el dasein. Si el hombre sólo es hombre, a raíz del dasein, la pregunta por el sentido y verdad del hombre, deja de ser antropológica (como se había contemplado durante toda la tradición) y así se retorna al ser mismo[5].

El hombre debe de ser interpretado no desde una antropología en sentido convencional, sino desde una onto-antropología haciendo ahínco en el aspecto fundamental del dasein en cuanto a su relación con el ser.

Esta relación es la primacía del ser que se pregunta por el sentido del ser, que recae justamente en el ente que busca la verdad del ser, y que en su ser sé de-vela la verdad misma del ser, y que como rasgo natural de él, le va el lenguaje en cuanto articulación de su existencia, y el pensar en cuanto pensar la verdad del ser.

Por ello el hombre en cuanto tal se da cuenta de que es el ser que se pregunta por el ser; este manifestarse como el ente que busca la verdad del ser, Heidegger lo llama claro, en cuanto apertura del ser para con el dasein, y en este darse cuenta de la donación del ser es donde el ser habla, donde se desnuda la verdad del ser.

Heidegger apunta al hombre como el ser en que se devela la verdad misma del ser, recurriendo a un escrito un poco tardío tiempo y ser, para exponer la temática en cuanto al de-velar que en todo caso es la alétheia, ‘…hemos de pensar la alétheia, el desocultamiento, como el claro que permite al ser y al pensar el estar presente el uno para el otro[6], de modo que en el hombre entran en fusión tanto el pensar y al ser, los cuales llevan al hombre hacia la proximidad del ser, en cuanto habita en el habla. Y, en cuanto el ser habla en el pensar y habla del hombre, desnuda su verdad.

Heidegger ubica la relación entre el ser y el hombre de una forma de reciprocidad. Donde la primacía en la relación le va al ser mismo, ‘el hombre no es lo esencial sino el ser[7]’, de modo que para Heidegger el ser es lo primario por antonomasia.

En Ser y Tiempo, esta relación parece ser casi nula, ya él Heidegger mantiene que hay ser donde hay dasein, en la carta del humanismo se abre el giro de Heidegger, del dasein al ser, del hombre al ser, el retorno del ser, entonces en la carta del humanismo, el ser abre la reciprocidad con el dasein como donación de la eyección, en el estado de arrojado, el dasein goza de la relación del ser, y así el ser es lo fundamental, en cuanto a referencia y esencia del hombre. De modo que Heidegger se aleja de la condición de posibilidad, de que para que haya ser debe haber dasein que se dé cuenta de ello.

Pero como se ha dicho con anterioridad, en la relación del hombre con el ser, el ser es lo más importante, es lo primario por antonomasia; pero hay que tomar en cuenta también que el hombre es necesario para la relación, de modo que el ser también necesita del hombre. El ser y el hombre son una dualidad inseparable, y la formula de Heidegger para expresarlo es esta… -Que la realidad fundamental para con el hombre-y-el-ser, no es el ser como fenómeno fundamental, sino la relación entre estos dos, como una relación de ser y existencia[8]. Pero aunque la relación sea reciproca no está totalmente equilibrada, ya que la relación depende del ser, el ser sigue teniendo la primacía: así Heidegger dirá que la relación tiene su fundamento en el habla del lenguaje, y en cuanto lenguaje, el lenguaje es la casa del ser, el hombre pertenece al ser, el hombre es el claro, y el lenguaje el cómo de la verdad del ser.

El lenguaje para Heidegger no debe ser una teoría sino una πράξις la cual debe consistir en la referencia al ser, en cuanto preguntar por si sentido y verdad;‘…liberar al lenguaje de la gramática para ganar un orden esencial más originario es algo reservado al pensar y poetizar[9]’, ya que al poner el pensar como un ente escrito, sometido a la gramática, éste pierde su dinamismo, su esencia y sentido, de igual modo que el hecho de limitar el pensamiento a las leyes de la lógica, es negar la esencia misma del pensamiento, la lógica pretende delimitar el cómo en cuanto función del pensar, el pensar no tiene leyes, pero en cuanto tal tiene como condición de posibilidad la apertura como cuidado por el Ser.

En Sein und Zeit, Heidegger aborda al lenguaje desde la perspectiva consagrada a los medios de comunicación, donde el pensar, y más precisamente el lenguaje se vuelve un ente de dominio y control[10], y no como la relación trascendental del hombre con el ser, así ‘…el lenguaje cae al servicio de la mediación de las vías de comunicación por las que se extiende la objetivación a modo de acceso uniforme de todos a todo, pasando por cualquier limite, así es como cae el lenguaje bajo la dictadura de la opinión pública[11]. Esto nace como producto de la τέχνη, que desplaza la esencia del lenguaje a un uso común, a un simple objeto de control, en esto nace la existencia inauténtica que Heidegger nombra ‘Dasman’, ahora bien, el Dasein con existencia inauténtica, está regido por el dominio de los Otros, por el Uno impersonal, por el ‘se-dice’, esta existencia inauténtica está regida por la influencia de los Otros en la existencia de todo hombre, que sujeto a lo que los Otros dicen, somete su libertad, y obra, piensa y habla, según lo que ‘se-dice’, siguiendo el canon de la habladuría.

Para Heidegger la opinión pública, los medios de comunicación, podría verse en palabras de Marx como el opio-del-pueblo, donde ellos dicen lo que hay de nuevo, lo que hay que hacer, y a su vez configuran el pensar y la forma de ser de los seres humanos, convirtiéndolos en seres inauténticos que olvidan pensar, y así se olvidan de sí mismos, condenándose a la más grande miseria del hombre, el estado de caída; por eso la devastación del lenguaje, y así ‘…una amenaza contra la esencia misma del hombre[12]’; la cura contra éste mal que aqueja el hombre es y tiene que ser el pensar, y no cualquier pensar, sino el pensar del Dasein por el ser del Dasein, así como estar a la guarda de escuchar la voz del Ser.

Ante la evidente culpabilidad por el abandono del ser, el hombre tiene que reconciliarse con el ser, abandonándose, a la providencia del ser, dejándose interpelar por el ser, así mismo de abandonar la opinión pública y con ello todas las actitudes inauténticas del Dasein, ‘…el hombre, antes de hablar, debe dejarse interpelar de nuevo por el ser, con el peligro de que bajo ese reclamo, él tenga poco o raras veces algo que decir. Sólo así se vuelve a regalar a la palabra el valor precioso de su esencia y al hombre la morada donde habitar en la verdad del ser[13]’; el hombre debe de callar, dejar de hablar, dejar de pensar en cosas que trunquen su relación con el ser, para que, después de un tiempo, sea interpelado por el ser, y se retome de una forma solemne la esencia del hombre, el ser pastor único del ser, portador del lenguaje, y referente único al ser.

El reclamo de Heidegger está encaminado a reconciliar al hombre a su esencia original, y no a la esencia impuesta por las tradiciones occidentales (Metafísicas), ahora bien si el reclamo de Heidegger es que el hombre sea realmente humano, dónde recae el sentido pleno de la humanitas en cuanto esencia del hombre, en ¿qué punto el homo se torna humanus?

La tradición ha determinado lo que es humano, y lo que no lo es, pero siguiendo los pasos de Heidegger llegamos a la conclusión de que todo lo antes dicho es in-humano, realidades propiamente ajenas al ser del hombre, y ante esto Heidegger comienza un nuevo interpretar, un interpretar fundamentado en una hermenéutica de la humanidad del hombre desde su esencia, que en todo caso es el lenguaje.

Heidegger comienza exponiendo lo ya-interpretado del hombre desde la perspectiva de la tradición, y hace una nueva indicación hacia lo-verdaderamente-humano, abordar al hombre desde la humanitas, desde su esencia misma.

‘La idea de Facticidad y el concepto de hombre[14]

La idea de facticidad para Heidegger, es igual a ‘nuestro existir en cada ocasión[15]’, la existencia es para Heidegger lo más propio del ser humano, por tanto lo precisamente humano es aquello relacionado con la existencialidad propia del dasein, su hecho de ser-en-el-mundo, que en todo caso se refleja desde la perspectiva del lenguaje. –El lenguaje articula la existencia-.

Para exponer de una forma más completa la visión Heideggeriana del hombre es necesario tambien dar a conocer los conceptos más apremiantes que para Heidegger hay acerca del hombre, a saber son dos; El concepto de hombre dentro la tradición bíblica, frente al concepto de animal rationale, y ante ello el concepto fáctico (facticidad y temporalidad), que después será la base de la analítica existenciaria del Dasein.

En cuanto a la tradición Heidegger lo comprende como lo-anteriormente-dicho*, que para él no resulta más que pérdida de tiempo, de esto, Heidegger comienza lo conocido por muchos como la destrucción fenomenológica, un construir una nueva interpretación a partir de los presupuestos fenomenológicos, y en ello, un nuevo interpretar al hombre desde su existencia, la cual es articulada por su aspecto lingüístico.

Lo que ha llevado a comprender al hombre como persona es el término Griego de ζον λγον χον, instituido por Aristóteles y a esto Heidegger responde, que ésta frase posee un sentido casi idéntico con el pasaje del Génesis I, XXVI ‘...κα επεν ό θεός· Ποιήσωμεν νθρωπον κατεκόνα μετέραν κα καθόμοίωσιν’. (De la Septuaginta); ‘εκών y όμόιωσις[16]’. En las dos interpretaciones el hombre es visto como un ser personal, en la interpretación Bíblica el hombre no sólo es un ser personal, sino un ser relacionado con Dios por ello es un ser capax amoris Dei, y además de ser un ente relacionado con Dios, es un ser que es imagen de él ‘…et Dixit Deus, Faciamus ad hominem ad imagen et similitudem nostram[17]’, y que la razón de ser imagen de Dios ha de significar que es un ser libre, intelectual y con autoridad sobre todas las creaturas de Decidir su destino.

Estas interpretaciones llegaron hasta Scheler quien la dio por hecho y partió de estas interpretaciones previas una ‘nueva’ interpretación del hombre, que el fondo subyacían los mismos conceptos, ‘El hombre como un ser pensante, y como un ser creado’ (eso es lo humano), dice Heidegger ‘El propio Scheler se mueve, a la manera tradicional, entre cuestiones cuyo planteamiento se haya anticuado y resulta artificial… Scheler pretende determinar el lugar metafísico… dentro del todo del ser, del mundo y de Dios,…casualmente Scheler hace suya la Teología antigua[18], para Heidegger resulta inconvincente tratar de interpretar al hombre como un algo creado y sobretodo como una mera masa animal que sólo piensa, para Heidegger el misterio del hombre se encuentra más cerca de él pero tambien más lejano de él, para Heidegger el hecho que el hombre se interprete como un ser creado, deja de lado toda indagación y con ello toda pregunta sobre el sentido de la verdad del ser, y juzga esta interpretaciones como ‘¡puro decorado!, ¡literatura, ficción![19].

Las anteriores determinaciones sobre el ser humano impiden ver, de principio, su ser, su esencia…, dice Heidegger ‘llamar, hombre, al existente que se va a investigarse le pone ya de antemano dentro de una determinada concepción categorial, puesto que dicha categorización se encuentra en el termino de animal rationale[20]’.Estos reclamos ya desde Ser y Tiempo eran evidentes; para Ser y Tiempo, el hombre se ha visto constituido como el ser que se pregunta por el sentido del ser, y en sí mismo como el único que aspira hacia la comunión con el ser, dicha comunión ha de ser el preguntarse por el ser, el preguntarse mismo se manifiesta en el habla, y por eso debe pensarse la esencia del hombre desde la perspectiva de la correspondencia con el ser, de lo anterior se dice que los planteamientos de la tradición siguen siendo metafísicos, y que toda antropología, que ve al hombre desde su racionalidad sigue siendo metafísica y eso no nos sirve para estudiar al hombre, por eso la misión de Heidegger es interpretar al hombre no desde aspectos metafísicos, sino desde su actualidad, desde el cómo se presenta arrojado en la realidad misma.

La misión de Ser y Tiempo al hablar de la existencia extática como cuidado es el ser el guardián del ser, y por ello ‘El hombre es el Pastor del ser[21], y así Heidegger recordando al poeta Hölderin, dice que ‘somos un signo indecifrado[22]’, ya que hemos, según la tradición de Ser y Tiempo, saltado a la ek-sistencia desde lo obscuro y tendemos hacia lo obscuro, esta obscuridad oculta la verdad del ser, que sólo es de-velada en el claro del Dasein que se constituye como el cómo para llegar al qué del ser mismo, esto en la carta del humanismo se traduce en que el hombre es un algo, poseído por el lenguaje, y en cuanto a seres lingüísticos articulamos nuestra existencia en la verdad del ser, que sólo es a partir del lenguaje, donde el Habla habla*, y donde el ser se revela. Donde hay Ser, hay habla, y donde el habla es, hay Dasein.

Por lo anterior mente citado Heidegger cree que la ontología en cuanto a ciencia primitiva del ser, jamás ha preguntado por la verdad auténtica del ser, ya que se ha consagrado a lo ente, y al Ente supremo que en todo caso es Dios… ‘…dios no es el ser, ni un fundamento del mundo, el ser mismo está esencialmente más lejos que todo ente, y al mismo tiempo está más próximo al hombre que todo ente… el ser es lo más próximo,… pero esa proximidad es lo más lejano que le queda al hombre…[23]’, Por ello la ontología antigua olvidó al ser, habiéndose consagrado a dios.

Las investigaciones antropológicas de Heidegger comienzan en Ser y Tiempo,’ y culmina en los últimos años de Heidegger donde da paso a una Antropología Lingüística que tiene como pre-supuesto la antropología fundamentada en Ser y Tiempo; la antropología lingüística de la proximidad del ser de Heidegger, fundamenta entonces que el ser es lo más propio en cuanto próximo del hombre, y es así lo más lejano en cuanto propio del hombre… esto tiene una similitud enorme con el aspecto del habla, por que el habla en cuanto habla es hablado, y no cualquier ente habla, habla el humano, habla el ser por medio de lo humano…

Desde la sociología especialmente con Jürgen Habermas, se hace una relación entre hombre-lenguaje, donde el hombre sólo es humano por medio del habla, aquí la influencia de Heidegger es enorme, ya qué el mantiene en su tesis central de la Carta del Humanismo, que la esencia del ser del hombre es el lenguaje, y lo que lo hace propiamente humano, es el aspecto lingüístico del homo humanus, de igual manera el famoso dialogo de Habermas y Gadamer, donde Gadamer manifiesta, que el ser que puede ser comprendido es el lenguaje, de ahí el florecimiento de toda la tradición de Hermenéutica contemporánea, y su influencia al estructuralismo en especial a Claude Levi Strauss, en sus estudios sobre Antropología y Lingüística.

Por: José Eduardo Rincón Sánchez.



[1] Heidegger M. Brief über den Humanismus - Carta sobre el Humanismo. Trad. Helena Cortés y Arturo Leyte, Ed. Alianza, Madrid, (2006), Pág. 11.

[2] Ib. Pág 11 y 12.

[3] Echeverría R. Ontología del Lenguaje, Ed. Granica, Buenos Aires, (2008), Pág 21.

[4] Echeverría R. Ontología del lenguaje, Pág 27.

[5] El hombre se presenta esencialmente de tal modo que él es el –ahí-, es decir, el claro del ser…, de modo que ‘el hombre es el vecino del ser… y en cuanto exigencia dice Heidegger ‘debemos ser caminantes del camino que lleva a la vecindad del ser’. Cfr. HEIDEGGER M. Carta del Humanismo, Pág. 57 y 60.

[6] HEIDEGGER M. Das ende der philosophie und die Aufgabe des Denkens; el final de la Filosofía y la tarea del pensar, en Tiempo y Ser, trad. J.L. Molinuelo, Tecnos, Madrid, (2000), Pág. 75.

[7] Ib. HEIDEGGER M. Carta del Humanismo, Pág. 38.

[8] Ib. Pág. 40-41.

[9] Heidegger, Carta sobre el humanismo, Pág 12.

[10] Michel Foucault, profundiza la cuestión del conocimiento como el elemento del control, por tanto tenemos al lenguaje nuevamente, como un instrumento para dominar. Lenguaje = Conocimiento = Poder, esto se desarrolla en su obra vigilar y castigar.

[11] Ib. Pág 18.

[12] Ib. Pág 19.

[13] Ib. Pág 21.

[14] Heidegger M. Ontologie (Hermeneutik der Faktizität) - Ontología (Hermenéutica de la Facticidad), Trad. Jaime Aspiunza, Ed. Alianza, Madrid, (2008), Pág 41.

[15] Heidegger M. Ontología, Pág 41.

[16] El Hecho mismo de la imagen y semejanza, proponen para religión Judeocristiana, el modelo de que el hombre es una persona, un ser intimo. Para el personalismo contemporáneo en especial para Max Scheler se parte de los presupuestos ya establecidos por la tradición.

[17] De Genesi ad litteram imperfectus liber, Migne XXXIV, París, 1845, Cap. 16, 55. Pág 241.

[18] Ib. Pág 44-45.

[19] Ib. Pág 45.

[20] Ib. Pág 46.

[21] Heidegger M. Carta del humanismo. Pág 39.

[22] Heidegger M. ¿Qué significa Pensar?, trad. H. Kahnemann, Terramar, La Plata. (2005) Pág.18 -…Ein Zeichen sing wir, deitungslos’

[23] Heidegger M. Carta del Humanismo. Pág. 39.

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