miércoles, 15 de diciembre de 2010

La Fenomenología como Hermenéutica.


El proyecto fenomenológico de Ser y Tiempo, nace partir de la indefinibilidad del Ser, que según Heidegger, fue interpretada como un no cuestionar el sentido del Ser, que consecuentemente llegó al mencionado olvido del Ser, el cual guió a toda la tradición Metafísica a la concepción del Ser a partir del ente, hablando de un ente supremo, al que en todo caso le daría el nombre de Dios, por lo tanto, todo discurso supuestamente Metafísico sería un discurso puramente óntico, o vale decir, teológico. El reclamo de Heidegger es que la indefinibilidad del Ser, no es para nada una abstención de juicio, sino al contrario, una invitación hacia la búsqueda del sentido del Ser[1].

El proyecto por la verdad y sentido del Ser, fue abierto por la Metafísica, pero fue cerrado por ella misma, al ser en sí, la ciencia del ente y limitarse a ello; por esta razón, dice Heidegger, que el camino hacia el sentido y verdad del Ser debe ser rehabilitado pero no por la Metafísica, sino por la Fenomenología, ya que ‘La Ontología sólo es posible como fenomenología[2]. Ante este pensamiento restaurador y destructor de Heidegger, se debe comprender la fenomenología no en el sentido Husserliano, sino en el sentido Heideggeriano, es decir, comprender la fenomenología como fenomenología hermenéutica.

El proyecto de la fenomenología hermenéutica de Heidegger, no tiene su Génesis en Ser y Tiempo, sino en las primeras lecciones de Heidegger en Friburgo[3], donde según Alejandro Vigo, -desde 1919 Heidegger pretendía una renovación radicalmente nueva de la fenomenología entendiendo esta como una fenomenología hermenéutica[4]-, ahora entra la siguiente cuestión, ¿Cuáles son las causas que motivaron a Heidegger el emprender la renovación hermenéutica de la Fenomenología?, a esta pregunta se tratará de dar su debida respuesta a continuación.

Como es sabido Husserl con la fenomenología propone una nueva forma de hacer filosofía, de concebir el mundo y la vida, es una forma radicalmente nueva de pensar las cosas, su método, ir a las cosas mismas, esto está claramente planteado en Ideen I; pero ante esto, Heidegger rechaza la reinterpretación cartesiano-kantiana de la fenomenología propuesta por Husserl, que tiene expresión en el giro a la consciencia intencional. El rechazo de Heidegger a la fenomenología de Husserl tiene su fundamento en el carácter acrítico de la actitud teórico-constatativa de la consciencia, que se resume en 4 puntos: 1.- El sujeto, que opera como la fuente de los actos intencionales, es pensado en su esencia como consciencia pura, cuyo carácter de ser es meramente teórico-constatativo; 2.- El ente, que se ofrece tiene el carácter de un mero objeto que es aprehendido solamente de una forma teórico-constatativo; 3.- La forma primaria de acceso al mundo, fundada en un dirigir la mirada, que tiene un carácter puramente teórica-constatativa, es decir en una forma puramente contemplativa; 4.- Que la fenomenología, deba ser comprendida como un método teórico-constatativo[5]; ante todo esto se deja ver que para Heidegger, la actitud cientificista (bajo el criterio teórico-constatativo) de Husserl no resulta del todo convincente, por esa razón propone hacer la renovación de la fenomenología desde la hermenéutica, la cual no tiene un carácter de acceso a la realidad bajo categorías epistemológicas de Sujeto-Objeto, en cuanto a nociones de reflexión y descripción, sino más bien en el ámbito de la vida fáctica, que propone la experiencia originaria del ente, de su sentido y verdad[6].

Hasta ahora se ha visto que los motivos Heidegger para abandonar la fenomenología Husserliana, son porque ésta está limitada por la primacía de la teoría, por el hambre de rebajar todo a la objetividad de la consciencia del ego cogitans, de ahí mismo que se le juzgue en repetidas ocasiones a Husserl de idealista, y esto fue también, razón para que muchos de sus discípulos se alejaran del proyecto fenomenológico que nacía en Ideen I. Heidegger por otra parte permaneció al lado de Husserl aprendiendo el método e incluso como se ha dicho, haciendo una renovación de ésta a partir de la Hermenéutica, que tenía en su centro, concebir desde la vida, de modo que el centro de la fenomenología hermenéutica de Heidegger es un concebir la ontología desde la fenomenología, y a ésta desde la hermenéutica de la vida fáctica, es decir desde la vida humana.

Heidegger entiende por hermenéutica al ‘modo unitario de abordar, plantear, acceder a ella, cuestionar y explicar la facticidad[7] es decir al modo bajo el cual se comprenderá la facticidad, y entiende también por facticidad al ‘nombre que le damos al carácter de ser de existir . Más exactamente, la expresión significa: ese existir en cada ocasión[8]’, por lo tanto, la fenomenología hermenéutica de Heidegger parte en primera instancia, de aquella existencia que somos nosotros mismos, esto es a lo que Heidegger llama vida fáctica o vivir fáctico, a nuestro existir, al ‘existir humano[9], y este existir humano será el centro de reflexión del proyecto Heideggeriano de la fenomenología hermenéutica.

Por. J. Eduardo Rincón S.

[1] Cfr. HEIDEGGER M., SER Y TIEMPO, Pág. 25.

[2] Cfr. HEIDEGGER M., SER Y TIEMPO, Pág. 55.

[3] Cfr. VIGO A., Arqueología y Aleteiología, y otros estudios Heideggerianos., Buenos Aires, Biblos, 2008, Págs. 231-257.

[4] Cfr. VIGO A., Arqueología y Aleteiología, y otros estudios Heideggerianos., Pág. 231.

[5] Cfr. VIGO A., Arqueología y Aleteiología, y otros estudios Heideggerianos., Pág. 234-235.

[6] Cfr. VIGO A., Arqueología y Aleteiología, y otros estudios Heideggerianos., pág. 235.

[7] HEIDEGGER M., Ontología, Hermenéutica de la Facticidad., pág. 27.

[8] HEIDEGGER M., Ontología, Hermenéutica de la Facticidad., pág. 25.

[9] HEIDEGGER M., Ontología, Hermenéutica de la Facticidad., pág. 41.

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